De la más triste de las miradas
una noche como tantas otras,
sin darme cuenta la observaba
cristalina, dolida y floja.

No tan sentida como primera
ni como última guardada;
sin querer rodó en primavera
y quiso parar en mi almohada.

Quizás nunca me pude dar cuenta
de que se quedaba aquí aferrada
y pensé que era una huella
de esa historia encantada.

Borró los sueños de mi memoria
para curar un alma dañada;
pero cuesta contar la historia

de mi lágrima más olvidada.

 

0 comentarios

  1. Me emocionan tus poemas,pienso que Mendoza cuenta con un talento nuevo,fresco y desconocido y esto lo digo con pensamiento crítico.
    Como amiga te digo que tenés un don Divino que permite reflejar tu alma en palabras.
    Adelante con el libro!!!!

Deja un comentario