Con un susurro leve invitaste;
estrella en tus ojos, sonrisa escondida;
mi respuesta negativa al instante
ocultó el sello de mi cobardía.

Tierno capullo que lento florece
desprendiendo su nimio rocío;
así ayuda a la planta que crece
y se olvida del tiempo dormido.

Tus colores me llenan el alma,
tibio aroma cavila en mi mente;
poco a poco mis pasos se hilvanan
cuan miradas de amor refulgentes.

Si en la vida sintiera desdicha
y buscase encontrar lo divino
los recuerdos de aquel dulce día
me traerán el mensaje alpino.

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