Tu regalo

Me dejaste en la puerta
una sonrisa a medias
y una palabra muerta
de la mañana aquella
que amanecí sin vos.

Olvidaste un gesto
de total desprecio:
El pensamiento tieso
en tener razón.
Y ese mismo día,
me dejaste aquello
que jamás pediría:
Entre tus destellos
un matiz de amor.
Aunque nació muy leve
(y con rancio orgullo)
dejó un suspiro breve
en nuestro mudo adiós.

Comentarios

  1. te lo tendría que cantar Sabina… como en «así estoy yo sin tí»; o «noche de bodas»…No sé, me pareció que esa voz desgarrada entre el valseado y los mariachis encajaba en el dolor de la saudadeun abrazón de almaOsvaldo

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