Melancólico Buenos Aires
me recibe como siempre,
recordándome a Cristóbal
en cada calle de encierro.
Abuelo de mi madre,
gran contador de cuentos,
me abrazaste con tu noche
sin dejarme algún recuerdo.
Tu voz se fue borrando
mis sueños te olvidaron
desapareció todo aquello
que pocas veces me narraron.
Yo contaba quince años
flores nuevas llevé a tu nicho
mi abuela te conversaba
poco antes de irse contigo.
Junto a ella, temerosa
leí las letras grabadas,
el asombro me embargó:
tu bisnieta la dedicaba.
Cuánta nostalgia brotó
en aquel silencio de sala
porque tal vez tu tibio pecho
pudo ser mi primera almohada.
Con viejas fotos, preguntas
una anécdota por tía
conseguí reconocerte
en los poemas que escribía.
De niña me hamacabas
en tus piernas tullecidas,
relatando las historias
de otras tierras en tu vida.
En las memoria surgieron
las coplas que recitabas
tus manos suaves y gruesas
que mi columpio empujaban.
Logré vencer el olvido
tras el puente de los juicios
veo la trama al fin
de padres madres e hijos
Bisabuelo por ti seré
Santiago en la mirada,
Santiago para nombrarte,
Santiago en pluma y en habla.
Comentarios recibidos por correo electrónico…
Por Virginia, 11 de agosto de 2009 08:40
primaaaa me encantoooo!!!!! gracias por compartirlo…. te quieroo muchisimoo nos estamos viendoo besotes!
Por Marisol, 11 de agosto de 2009 20:15
Ay, Anita querida! Qué hermoso lo que escribiste, todavía tengo un nudo en la garganta! Gracias por compartirlo con nosotros!!
Miles de besos!!
Marisol
PD: Mateo todavía te nombra tía Anabel