Mientras espero que termine de revisar a la beba y ya no sé qué más decir ni preguntar me veo deseando que la pediatra, esa mujer de delantal puro y sonrisa impecable, me confirme que estoy haciendo todo muy bien, que soy una buena madre.
Como escritora me pasa algo similar: imagino a un lector que se quita los lentes, me mira sonriendo y me dice: ¡Está buenísimo! ¡Merecés un Nobel!
Eso no me ha pasado. Tampoco la pediatra me ha felicitado todavía. No ha advertido aún el buen trabajo que estoy haciendo con mi hija.
La novelista mendocina Mercedes Fernández, en el Taller de la Palabra que ella dirige, nos dice que necesitamos buscar a un lector ideal para quien escribir. De tanto escuchar a Mercedes insistir sobre el mismo tema he llegado a comprender que ese lector ideal debe tener una mirada objetiva, debe animarse a preguntar lo que no quedó claro y debe, ante todo, ser una persona real.
Durante años he intentado ponerle el traje de lector ideal a mi pareja, a mis hermanas, a alguna amiga. A uno le quedaba grande, a otra le tiraba el saco en la sisa, a otra le quedaba corto el pantalón.
Hasta que una tarde le di a leer un cuento a mi mamá, un cuento que yo había corregido cuatro o cinco veces y estaba por enviarlo a un concurso. Ella tomó las hojas impresas y me dijo que no podía sentarse en ese momento. Estaba atareada, como siempre.
Después de la siesta me devolvió el escrito con marcas y garabatos en lapicera azul. Me sugirió quitar algunas explicaciones, aclarar unos párrafos y dar más énfasis al final del cuento. Observé por primera vez a mi madre fuera del esquema que la mide como ama de casa infinita: El traje de lectora le quedaba pintado. Y no sólo eso, al día siguiente, cuando la llamé para preguntarle no sé qué receta de cocina, ella me confirmó su compromiso con mi trabajo: «Me quedé pensando, lo que podrías poner en el cuento es que…»
Debemos escribir para lectores más inteligentes que nosotros, continúa Mercedes. Y por eso para ustedes escribo este blog. Les agradeceré que marquen mis errores en mensaje privado o en público. Eso es lo que ando necesitando. ¡Gracias!