Al parecer las creaciones posmodernas deben ser intuitivas: software para novatos, páginas web para semi-analfabetos y aparatos simples para alérgicos a los manuales. ¿Y los libros deben ser también intuitivos?

Podríamos definir como contraintuitivo al libro Los amores de Laurita, de Ana María Shua, al menos en la edición de Emecé para La Nación (2006)

El título y la portada de la colección Biblioteca grandes escritoras hacen pensar que viene un texto acartonado y edulcorado, con exceso de giros cursis, moños y mariposas. Pero, tapas para adentro, Laurita es una provocadora sutil, una mujer transgresora. Esa que muchas mujeres quisiéramos ser o quizás somos.

Tapa engañosa / Fuente: Mercadolibre

Les dejo un pedacito de texto como ejemplo:

«Laurita se sintió conmocionada, estremecida, asombrada sobre todo, de descubrir en ella esa inesperada vocación de puta, un hombre iba a gastar dinero por el placer de su compañía y eso le gustaba, le gustaba enormemente». (Capítulo V. Un buen muchacho de buena familia)

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